Esta semana está siendo especialmente álgida en lo que se refiere a anuncios de fabricantes en el en torno del cloud híbrido. Una opción que tiene muchos sabores dependiendo a donde miremos, pero que establece una base común: la tendencia que legitima esta modalidad de nube como la solución idónea para las empresas. Pero ¿por qué? ¿dónde está su secreto?
Como ya sabemos, el cloud híbrido viene a recoger lo mejor de la nube publica y privada. Una combinación en la que se suelen utilizar los servicios de la nube privada para los temas más críticos y la parte pública para aplicaciones menos vitales para el negocio.
Aunque la tendencia al multicloud, es decir, el uso de nubes de diferentes hiperescaladores, se ha posicionado por encima de las alternativas de cloud híbrido, cada vez es una opción más llamativa. Un estudio de RightScale muestra esta tendencia al alza; el 58% de los responsables TI apuestan por entornos híbridos frente al 51% que lo preferían un año antes.
Los fabricantes han entendido que la mejor forma de promover sus soluciones es sumando colaboraciones que ayuden a los proveedores de infraestructura. Veamos algunos ejemplos.
Cloud híbrido en la era de las colaboraciones
El evento que Google está celebrando estos días en San Francisco ha dejado muchos titulares, que recogen en MCPRO. Entre ellos destacamos el acuerdo firmado con HPE para acelerar la implementación de soluciones de nube híbrida. El fabricante de infraestructura creará dos soluciones hiperconvergentes preparadas para dar soporte a Anthos, el nuevo nombre de la plataforma de gestión cloud de Google.
El despliegue y cobertura de Anthos también se dará en los servidores ThinkAgile de Lenovo persiguiendo el mismo objetivo de fomentar esta nube como la alternativa para las empresas.
HPE también ha sido protagonista de otro anuncio donde, junto a Nutanix, ha presentado una oferta de soluciones de nube híbrida como servicio. La propuesta aprovechará la herramienta Enterprise Cloud OS de Nutanix que se ofrecerá a través del servicio HPE GreenLake.
La lista de colaboraciones es mucho más amplia; NetApp ya se puso a disposición de los grandes hiperescaladores o Dell EMC reforzó su estrategia en este sentido con Pivotal.
Tampoco son baladíes los movimientos de los principales proveedores de infraestructura como Amazon Web Services o Microsoft. El primero presentó el pasado año Outposts para que las empresas pudieran aprovechas las ventajas de la nube híbrida, incluso con cargas de trabajo que no pueden ser llevadas al cloud. Por su parte, los de Redmond están enfocado en Azure Stack.
Más agilidad, privacidad y flexibilidad
En este entorno vemos como los partners TI cada vez tienen más herramientas para ofrecer infraestructura que tienda a ser flexible a la vez que sencilla de gestionar. Una respuesta clara a la heterogeneidad de las organizaciones que cada vez reclaman más soporte y agilidad por parte de sus proveedores.
Pero ¿por qué tanto énfasis en el cloud híbrido? La respuesta es clara. La combinación de esta nubes promueve escalabilidad, ahorro, seguridad y flexibilidad. Todos ellos conceptos claves para las compañías.
Y es que las ventajas que ofrece la nube híbrida son muchas. Se puede comenzar por una mayor seguridad en la plataforma para desarrollar aplicaciones, pasar por una operabilidad sin dificultades e implementación de nuevos desarrallo hasta la agilidad y rentabilidad a la hora de migrar nuevas aplicaciones. Un modelo que encaja, de una forma u otra, en múltiples compañías.
Con todo ello, pocos analistas ponen en duda que el cloud híbrido no sea una tendencia en la infraestructura TI de los próximos años. Gartner, de hecho, lo posiciona como el modelo más usado en un futuro cercano. Por su parte IDC predice que más del 80% de las grandes empresas utilizarán entornos de cloud híbrida en dos años.
Imagen | Wes Hicks
