El 3 de noviembre de 2017 ha llegado y con él, el lanzamiento comercial del iPhone 8 y la joya de la corona, el iPhone X. Como no podía ser de otra forma, las colas en las Apple Store han sido constantes desde la madrugada. Para muestra las que se han dado en la tienda de la Puerta del Sol en Madrid:
7:25 de la mañana. Apple Store de Sol (Madrid). Esta es la cola para el iPhone X. pic.twitter.com/iPpCaVXA9U
— Nicolás Rivera (@nicorivera9) 3 de noviembre de 2017
El iPhone 8 se pone a la venta en España por un precio desde 809 euros. Mientras su homólogo superior, el iPhone X, se vende desde 1.159 euros.
Pese al revuelo mediático del primer momento, lo más interesante es saber hasta qué punto los nuevos lanzamientos serán un impulso para la campaña navideña de Apple. Un momento clave para la compañía que ha desacelerado ventas en los últimos tiempos e incluso ha tenido que rebajar la producción para ajustarse a las previsiones. Pero ¿Realmente le afectará eso?
¿Hacia dónde apuntan los datos?
En el periodo comprendido entre julio y septiembre, Apple ha tenido unos ingresos netos de 10.710 millones de dólares, frente a los 9.010 millones que logró el año pasado. Esto se traduce en 46,7 millones de iPhones vendidos, los cuales suponen el 55% de su negocio con unos ingresos de 28.850 millones de dólares.
Ese número de ventas le ha llevado a obtener unos márgenes brutos ampliados en un 38,5%, más de lo que esperaban muchos analistas debido a los altos costes que suelen traer aparejados los productos nuevos. La compañía ha atribuido esta mejora en sus márgenes a su división de servicios, que está en crecimiento.
Apple vendió 46,7 millones de iPhone en el tercer trimestre
Con estos buenos datos, las previsiones de los analistas entorno al iPhone X cobran sentido. Si bien en un primer momento pocos confiaron en que un terminal de más de 1.000 dólares fuera una buena opción, el parecer general ha cambiado. Algunos analistas han incrementado las cifras hasta los 50 millones de unidades del móvil del décimo aniversario, pese a que el propio Apple redujo sus niveles de producción. Foxconn, el principal proveedor, tendrá preparados unos 25-30 millones de este modelo para 2017.
Pero el posicionamiento del iPhone X también puede ser un aliciente que ayude a los de Cupertino a convertirse realmente en una marca de lujo. En este sentido, Qing Wang de la Escuela Warwick Business comenta:
«El iPhone X representa el segundo intento de Apple por acercarse el mundo del lujo después del Apple Watch. Sus productos han estado siempre más cerca de la moda que del lujo. Ahora se mueve definitivamente en esa dirección donde cada vez hay más interés».
Una categoría donde los productos tecnológicos son limitados al igual que el público que puede acceder a ellos. Ejemplos los tenemos con Loius Vuitton o Tesla. Pero no todos salen bien. Fue el caso de Vertu, el fabricante del móvil de 10.000 dólares, que tuvo que cerrar.
Aún así, la corporación de la manzana es consciente de lo que significa vender un smartphone de más de 1.000 euros. Una verdadera odisea. Por ello, en países como China, un mercado clave para la marca, ha utilizado los descuentos en su canal de distribución para potenciar el primer empuje comercial. Todo ello mientras el iPhone 7 sigue mejorando ratios de venta y más aún, después de la salida de su hermano más joven, el iPhone 8.