La Inteligencia Artificial (IA) puede desempeñar muchos roles en una empresa. Como asesor analítico neutral, basado en datos, podría permitir a las empresas utilizar algoritmos para predecir si una decisión es la correcta.
Las decisiones basadas en IA son una parte clave para muchas organizaciones que buscan avanzar a paso firme hacia el futuro. Según una investigación llevada a cabo por el MIT, aquellas empresas que cuentan con directivos que defienden tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial, superan a otras empresas de tamaño similar en un 48% en su valoración y en el aumento de sus ingresos.
De acuerdo con los expertos, la integración de la toma de decisiones tradicional en la IA está empezando a dar sus primeros pasos.
Actualmente, el mercado se pueden encontrar cada vez más plataformas de decisión que integran capacidades de IA, así como aplicaciones basadas en ella capaces de usar modelos para la toma de decisiones.
A la hora de tomar decisiones basadas en estas tecnologías, el mayor desafío es ver la IA como un cambio cultural importante en lugar de una herramienta aislada en un kit.
La Inteligencia Artificial frente a las prioridades del negocio
Cada vez son más las empresas que están percibiendo importantes beneficios gracias a la incorporación de la Inteligencia Artificial en su toma de decisiones.
Sam’s Club es un ejemplo de una organización grande y compleja en la que los conocimientos de IA contribuyen a mejorar los resultados de negocio. Esta división de Walmart consiguió incrementar sus ingresos por membresía en un 8,9% durante el segundo trimestre de su año fiscal 2023, que finalizó el pasado29 de julio.
El uso de la IA ha permitido que el número de usuarios de su club esté en su punto más algo, lo que ha contribuido también a optimizar la retención de miembros. El modelado de IA ayuda a la empresa a determinar las oportunidades de precios teniendo en cuenta la renovación de la membresía.
La toma de decisiones basada en IA requiere trabajo y personas con las habilidades necesarias
No obstante, las decisiones basadas en IA que llevan a experimentar resultados de negocio claramente positivos no son inmediatas.
La toma de decisiones de IA requiere trabajo, además de atraer y retener a las personas con las habilidades necesarias. Las empresas también están lidiando con la fragmentación de la IA. La tecnología se está convirtiendo en la columna vertebral que cada vez cuenta con más productos y servicios.
De acuerdo con los expertos, es importante tener en cuenta que la Inteligencia Artificial no comprende los objetivos de las empresas, las compensaciones de coste-beneficio y sus capacidades. Simplemente sabe lo que hay en los datos, y ahí es donde hay que trabajar para que su conexión permita extraer el máximo beneficio.
Barreras para la toma de decisiones
Una preocupación desde hace mucho tiempo con la IA es la explicabilidad.
Algunas empresas han mostrado su preocupación por e hecho de que, si gracias a la Inteligencia Artificial se toman unas determinadas decisiones, los responsables no sabrán por qué se toman esas y cuáles son los resultados de tomar otras.
El tipo de decisión y los resultados que puede producir una decisión ayudan a determinar el curso de acción de los líderes empresariales.
Las organizaciones deben dedicar tiempo a una Inteligencia Artificial responsable
Las organizaciones que dediquen tiempo para una Inteligencia Artificial responsable, un término con el que se tiene en cuenta la justicia y la equidad, el impacto social y ambiental y los problemas de privacidad y seguridad en el uso de la IA, podrán generar beneficios a un ritmo mayor que aquellos que no lo hacen.
Contar con el talento adecuado para saber gestionarlo de la forma más óptima será crucial. Si no se dispone de una estrategia elaborada por profesionales que marque cómo evolucionar de un proceso de negocios a un proceso de datos y, por tanto, de Inteligencia Artificial, no funcionará.
Es fundamental contar con las herramientas, procesos, estrategias y personas adecuadas para que la apuesta por la IA permita la mejor toma de decisiones.
Imagen inicial | Tara Winstead