En 2016 se venderán casi 500.000 impresoras 3D en todo el mundo. La cifra duplica a las vendidas en 2015 y asientan las bases de un mercado que si bien no es masivo, va creciendo paulatinamente por sus posibilidades en el mundo corporativo y de consumo.
Entre todas las ventas, este año se hace especial hueco a las de impresoras 3D de extrusión. Siendo las más económicas, han conseguido que de las 232.000 impresoras 3D vendidas en 2015, el 95% sean de este material. Este porcentaje llegará a ser del 97,5% en 2019, con más de 5,5 millones de unidades basadas en esta tecnología.
Aunque es cierto que las impresoras 3D de extrusión son las menos precisas y las más lentas en velocidad de impresión, su bajo coste respecto a otras propuestas han ayudado a que sean líderes del sector.
Tanto es así que ahora una de cada 4 impresoras 3D vendidas tiene un precio por debajo de los 1000 dólares -donde se sitúan estas impresoras- y esta cifra aumentará en 2019 hasta ser una de cada 2,5 máquinas.
Los clientes de las impresoras con costes de hasta 2.500 dólares son escuelas y universidades que buscan equipos de bajo coste. Mientras, el mercado empresarial se decanta por máquinas y tecnologías de nivel superior para obtener mayores calidades de acabado y nuevos materiales.
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