Las ventas de Smartwatch se hundieron en el tercer trimestre de 2016 un 51 por ciento interanual, desde 5,6 a 2,7 millones de unidades, según los datos de IDC.
Es un nuevo récord de caída trimestral en la corta historia de estos dispositivos que llegaron como un «boom» entre el gran grupo de dispositivos conectados y vestibles, wearables, y que -de momento- no están gozando del favor de los consumidores.
Aunque algunos analistas los compararon con la explosión de ventas de móviles inteligentes, la realidad es que el segmento tiene un largo camino por recorrer antes de llegar a ese nivel. Mientras que un teléfono inteligente se ha convertido en una necesidad en la mayoría de nuestras vidas por el aumento de funciones mucho más allá de las comunicaciones por voz, el consumidor no ve en un reloj inteligente una necesidad sino un mero accesorio.
«Se ha hecho evidente que en la actualidad un smartwatch no es para todo el mundo»
Por fabricantes, los Watch de Apple han sido junto a los modelos de Lenovo los que han registrado el peor comportamiento, con una caída espectacular del 71 por ciento y ventas desde 3,9 a 1,1 millones de unidades. En el extremo contrario destaca Garmin, que salta a la segunda posición con un gran crecimiento.
Aunque el mayor problema es «justificar la compra de un SmartWatch» y superar la «decepcionante experiencia» de las primeras generaciones, dice IDC, también se observa una situación de estacionalidad y una parte de usuarios pueden haber aplazado las compras a la espera de las actualizaciones de hardware que han sido anunciados como el nuevo modelo de Apple, Watch series 2, bastante mejorado según los análisis.
Tampoco ha ayudado el retraso de la nueva versión del sistema operativo Android Wear 2 hasta 2017, retrasando la llegado de nuevos modelos bajo la plataforma de Google.
