La memoria DRAM y la memoria NAND Flash se encuentran en una escalada de precios histórica que nunca antes había golpeado al canal con tanta fuerza. Esa subida ha producido un incremento de los precios de venta de memoria RAM tan gran que en algunos casos se han llegado a doblar si comparamos con el coste que tenían hace poco más de un año.
Lo mismo ha ocurrido con las unidades SSD, las tarjetas microSD y en general con las unidades de almacenamiento que utilizan memoria NAND Flash, aunque en este caso las subidas han sido algo menos pronunciadas si comparamos con la memoria RAM.
Hay un gran desconcierto en general con este tema y gracias a EE Times tenemos una aproximación bastante interesante que busca explicar las claves que han dado pie a esa gran subida de precios, y la respuesta es más complicada de lo que podemos pensar a simple vista ya que no se trata de un mero desequilibrio entre la oferta y la demanda de la memoria DRAM y NAND Flash.
Además de la falta de producción y de la alta demanda se han producido complicaciones derivadas de la adopción de nuevas tecnologías y procesos de fabricación, que en el caso de la memoria NAND Flash se está dejando notar por ejemplo con la transición a la memoria 3D, que está siendo más difícil de fabricar de lo que se creía inicialmente.
Esa transición de la memoria NAND Flash plana (2D) hacia la memoria 3D (apilada en vertical) ha resultado ser muy compleja, y se está dejando notar en el bajo suministro que está saliendo de las fábricas de muchas empresas. La situación mejorará por tanto cuando madure el proceso de fabricación de memoria 3D NAND Flash.
En el caso de la memoria DRAM la cosa es más complicada ya que el escalado productivo es más limitado, las reducciones de nanómetros se producen con más lentitud y encima están sufriendo retrasos y los principales fabricantes no están ampliando sus capacidades productivas, un cuadro de circunstancias que nos lleva a concluir que nadie sabe exactamente cuándo mejorará la situación.