WDC ha anunciado una nueva tecnología denominada MAMR, que permitirá fabricar discos duros de 100 TB en 2030. Una capacidad de almacenamiento enorme que pretende mantener a raya a SSD en cuanto al coste por GB que ofrecen cada uno de estos formatos.
Aunque el almacenamiento sólido sigue ganando presencia en el almacenamiento de consumo, los grandes del almacenamiento mundial creen que sigue habiendo espacio para que los discos duros cubran determinadas necesidades, sean estaciones de trabajo profesionales dedicadas a creación de contenido o grandes máquinas de juego que necesitan alta capacidad de almacenamiento.
También en el mercado de servidores y centros de datos donde priman conceptos como la fiabilidad y el coste al del rendimiento. Y aquí es donde entra la nueva tecnología MAMR, que permitirá aumentar la densidad muy por encima de lo que permite el sistema de grabación magnética asistida por calor (HAMR), utilizada actualmente.
MAMR es una extensión de la técnica de energía asistida utilizada para escribir datos en discos con un láser muy pequeño. En ella se emplea un oscilador de par de giro, con el que se crea una frecuencia de microondas que aumenta la capacidad de los HDD para almacenar grandes cantidades de datos, y también mejora la fiabilidad general de la unidad.
WDC espera que la tecnología MAMR permita multiplicar por cuatro la densidad de las unidades actuales, ofreciendo hasta 4 Tbytes por pulgada cuadrada.
Ello permitiría producir discos duros de 100 TB en 2030 y mantener a raya al almacenamiento sólido en cuanto al coste por GB que se mantendría en 10x, según las previsiones de WD.