La devaluación del euro respecto al dólar ha incrementado los precios tecnológicos. Sin embargo, la crisis unido a la consolidación de tecnologías ha hecho que ordenadores o televisores sean más baratos. Dos situaciones que han dado una evolución de precios tecnológicos considerable. Pero ¿Cómo ha sido ese cambio?
Desde el departamento de trabajo de Estados Unidos nos llega una interesante gráfica que nos muestra el cambio en los precios tecnológicos. Analizado desde diciembre de 1997 hasta agosto de 2015, podemos ver cómo cada nicho se ha comportado de forma diferente. Una evolución dada en el país americano que nos puede servir de referencia global.
Aunque en general los precios tecnológicos se han incrementado, al observar los segmentos por separado podemos ver comportamientos diversos que salvo en los servicios de televisión por cable, hablan de bajadas de precios desde 1997 hasta la fecha.
Las caídas más radicales de precios tecnológicos las vemos en los televisores y ordenadores personales. Bajadas del 94% en las que hay varios factores en juego: crisis de segmento, descenso de la demanda y consolidación de tecnologías que abaratan los costes de producción.
También es curiosa la estrepitosa caída de los precios en los servicios relacionados con Internet y la información. Concretamente se dieron en 1999, un momento de democratización de la Red de redes y explosión comercial de la burbuja de las 2.0.
Tendencia de los precios tecnológicos
La gráfica es bastante clara. Si hacemos una media de precios tecnológicos es cierto que han subido ligeramente desde 1997 pero los nichos tanto de hardware como software muestran que las bajadas son mucho más importantes. Y la tendencia hacia abajo se puede observar en el mercado.
Como ejemplo podemos ver el mercado de los smartphones. Aunque seguimos teniendo referencias con precios desorbitados que venden a millones -veáse el iPhone 6s desde 749 euros-, las referencias de medio o bajo coste se han multiplicado con buenos resultados como pueden ser los de BQ.
Los televisores, los ordenadores o los servicios a Internet también han evolucionado de esta forma. Sigue habiendo ofertas en la cumbre de la pirámide pero cada vez hay más posibilidades de bajo coste que les retan y obligan a ser más competitivos con sus precios.
