En poco más de dos años pagar con el smartphone o un wearable será un gesto cotidiano para la mitad de la población de regiones maduras como Europa, Estados Unidos o Japón. La era de los pagos móviles lleva tiempo en el aire pero, según plantea Gartner, todavía necesitará tiempo para ser una realidad.
El mercado de los pagos móviles ha evolucionado de forma estrepitosa; desde aplicaciones solo para este fin como la última lanzada por el banco ING hasta servicios completos para usuario y vendedor como Square o el propio PayPal pasando por tarjetas monederos como la de Starbucks o Android Pay. Un mundo de posibilidades que integran dispositivos móviles en la venta.
De hecho, los smartphones y wearables se volverán tan importantes que en 2019 casi un 20% de la población de zonas maduras solo tendrá una conexión móvil. La evolución en velocidad y calidad de las redes 3G, 4G y la próxima 5G además de la democratización del Wi-Fi impulsarán este fenómeno.
La transformación necesaria
Aunque las previsiones de Gartner son optimistas y el mercado evoluciona rápidamente, lo cierto es que todavía hace falta un paso vital: transformar el negocio en el punto de venta. Un punto estratégico en el que solo grandes vendedores comienzar a dar pequeños y cautelosos pasos.
Sin aplicaciones para vender desde smartphone o sin la integración de servicios de cobro móvil en las tiendas, esta innovación no llegará al consumidor final. O peor aún llegará, como de hecho lo está haciendo, pero no estaremos preparados para responder a sus necesidades. Dos situaciones que en ningún caso favorecerá a nuestro negocio.
Así, pensar en los pagos móviles como un futuro próximo debe ser nuestra labor de presente. Plantearnos cuáles son las opciones más adaptadas a nuestros clientes, cómo podemos hacer las gestiones más cómodas o dónde innovar para aportar más será el primer paso para un vendedor del siglo XXI.
