La semana pasada supimos que Valve había vendido 500.000 unidades del mando Steam Controller para la consola basada en Linux, Steam Machines. Con menos de un ocho meses de vida es un dato bueno que no parece ser suficiente para alzar esta propuesta. Entonces ¿Hay espacio para ella?
Con Sony y Microsoft como referentes en el mercado de las consolas, otros fabricantes han tenido que buscar ventajas competitivas claras para competir. Es el caso de Valve que no solo se ha apoyado en Linux sino que además ha conseguido apoyo de la comunidad y destacar con un hardware completamente diferente.
Sin embargo, comparar a esta propuesta minoritaria con las 40 millones de PlayStation 4 vendidas o, en menos medida, Xbox One, quizás es demasiado. Las Steam Machines no cuentan ni con un cuarto de presupuesto en I+D, marketing o imagen de lo que pueden tener Sony y Microsoft. Y eso no le ayuda demasiado.
Las Steam Machines nacieron para alimentar un entorno alternativo a Windows: una plataforma de juegos en PC que diera a Valve la oportunidad de escapar de Windows en el caso de que este se cerrase más de lo aceptable, comercialmente hablando.
¿Llegará Steam Machines a buen puerto? Quizás no, pero la empresa continúa apostando por su idea. La estrategia de Valve contempla el largo plazo y se acercan tecnologías como Vulkan que podrían darle un impulso. Aunque como impulso, nada mejor que los lanzamientos exclusivos y la ampliación de oferta que está realizando.
