Cuando pensamos en un quirófano nos vienen a la cabeza las figuras del personal sanitario ataviados con batas y gorros, instrumental médico y un entorno esterilizado. Sin embargo, en este espacio cada día hay más tecnología que convive con los profesionales para hacer su día a día mucho más preciso, ágil y eficiente.
Tan solo en la sanidad pública española se realizan más de 3,4 millones de cirugías al año, según datos del Ministerio de Sanidad. A estas se deben sumar casi 2 millones que se gestan en la sanidad privada. Intervenciones mayores o menores, pero que siempre se realizan en un quirófano.
En este lugar las condiciones de higiene y el personal son esenciales, pero también las herramientas adecuadas para que el proceso sea rápido, seguro y lo más cómodo posible para minimizar los percances. La innovación en este entorno ha derivado a hablar de quirófanos inteligentes o quirófanos híbridos que permiten llevar esa colaboración al máximo nivel desde diferentes asociaciones tecnológicas.
En estos espacios se pueden dotar de diversas tecnologías. Desde pantallas para monitorizar la cirugía hasta monitores de control del paciente o equipos de colaboración para comunicarse con agentes externos. Además, se puede enriquecer la experiencia con aplicaciones o wearables que supervisen y complementen el trabajo del personal. Por supuesto, no nos olvidados de las equipaciones robóticas que combinan la experiencia humana con la inteligencia tecnológica para mejorar los ratios de éxito.
Empezamos por las pantallas. La imagen es un aspecto esencial en los quirófanos. Por ello, los monitores diseñados para estos escenarios deben permitir reproducir colores lo más fidedignos posible, contar una gran nitidez y un menor parpadeo de imagen, entre otros. Concretamente, la tecnología 4K de LG supone un avance evidente que ofrece una calidad de imagen superior.
También influye la ergonomía de la tecnología integrada. En operaciones de larga duración, especialmente, necesitan contar con equipos que puedan ser movidos o adaptados a los profesionales sanitarios. Con ello, se reduce la fatiga e incluso, agiliza la operación.
Los quirófanos más avanzados incluyen además robótica de alta precisión. Las denominadas cirugías híbridas o incluso, robotizadas plenamente todavía no son un estándar, pero si nos presentan el futuro de hasta donde se llevará la tecnología en este terreno. En estos espacios robotizados se incluyen además cámaras de alta precisión, mesas quirúrgicas móviles o equipos sanitarios basados en máquinas.
La impresión 3D también se ha hueco en los quirófanos para la creación de prototipos a medida de las necesidades de los pacientes. El Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid fue uno de los primeros en introducir esta innovación que complementa a otras para la creación de este quirófano híbrido.
La comunicación es otro punto clave. Los quirófanos necesitan soluciones de colaboración que permitan establecer comunicación interno y exterior para la coordinación de las intervenciones.
Tan importante como la gestión del proceso es el bienestar y recuperación del paciente. En este sentido, la tecnología también viene a ayudar con aplicaciones que, por ejemplo, reducen la ansiedad en niños en estos procesos quirúrgicos aprovechan la realidad virtual o soluciones de comunicaciones que facilitan la relación personal sanitario-paciente.
Más allá del quirófano: tecnología para una sanidad mejor
Sin embargo, tecnología ha venido a ser el aliado perfecto de los quirófano, pero también de todo el centro sanitario. Lo confirmaba Salvador Vera, CEO de MYSPHERA:
“Cada vez más hospitales y centros sanitarios están transitando hacia un nuevo modelo de gestión que incorpora la tecnología y la digitalización para conseguir reducir sus tiempos de espera, mejorar la eficacia de sus áreas de quirófano y aliviar a sus sanitarios de cargas administrativas”.
Tanto es así que muchas áreas asociadas a los quirófanos se están beneficiando de la tecnología. Por ejemplo, el área de resonancias o pruebas de radiodiagnósticas que se suelen pedir previamente para ciertas intervenciones. En este punto, la tecnología continuamente está evolucionando para conseguir una mayor resolución de imagen y mejores sistemas de gestión.
Pero esto es tan solo la punta del iceberg. La digitalización de la sanidad atañe a todo el sistema sanitario y puede beneficiar a muchas áreas como la atención al paciente, la gestión interna de los centros sanitarios o las propias reuniones multidisciplinares, entre otras.
